lunes, 22 de septiembre de 2008

EL FIN DE LOS NEOCONS

Sorprendidos nos dejaron las declaraciones del candidato conservador a presidente de los EEUU, John McCain, al proponer una regulación más estricta de Wall Street. Regulación sí, la palabra más maldita del neoliberalismo. Pero además el conservador añadió que presentaría reformas para evitar que las firmas financieras oculten sus malas prácticas porque "una inexcusable falta de transparencia financiera permitió que las firmas de Wall Street se involucraran en un comportamiento imprudente que aumentó sus beneficios y agrandó bonos ejecutivos cuando los tiempos eran buenos”. Imprudencia, irresponsabilidad o avaricia, como lo ha calificado Joaquín Almunia, lo cierto es que hay un modo de hacer que nos ha conducido a la crisis económica que afecta a quienes no participan de la especulación, esto es, a la mayoría de ciudadanos que viven de su trabajo, que hipotecan sus vidas para adquirir una vivienda y cuya seguridad se ve seriamente cuestionada.
Cuando la búsqueda del beneficio económico privado se convierte en lineamiento político, a la mayoría social se le envía a la precariedad. Ahora que algunos han ganado mucho dinero, sin la prudencia que denuncia McCain, le corresponde a los contribuyentes evitar la debacle, como ha hecho la Reserva Federal de EEUU poniendo en el mercado dinero fresco. Es normal, pues, que en la gente se haya instalado el dicho fatal de que “al final, siempre pagan los mismos”. Pero no me digan que no da rabia que afrontemos una situación tan difícil porque algunos se pasaron de avariciosos. Y a todo esto, Rajoy empeñado en que la culpa de la crisis la tiene Zapatero.