martes, 26 de febrero de 2008

DIARIO DEL OCHO

Escribo estas líneas antes del esperado debate entre Zapatero y Rajoy. El interés sobre el mismo nos indica varias cosas. A la ciudadanía le gustan los debates de verdad, y no como el que proponía G. Pons, en donde los verdaderos candidatos de los partidos llamados a gobernar España se enfrentan en un cara y cara, y donde tan importantes son los mensajes y las propuestas, como el aplomo de los candidatos, su personalidad, su talante y sus “tablas”. Se trata de una examen de aptitud para acceder a la presidencia del gobierno ante los televidentes y en el examen se valoran conocimientos, actitudes y personalidad. El debate no tiene un efecto directo sobre el electorado pero influye mucho. Al que tiene su voto decidido le reafirma pero a quien más le puede influir es al indeciso, y sobre todo al que duda en votar. En todo caso, el vencedor del debate es el que se hará con la iniciativa política y el que capitalizará las expectativas del triunfo electoral. Ya analizaremos el resultado pero de momento lo que queda claro es que solo hay debates televisados cuando gobierna el PSOE.
Publicado en el Diario ABC el 26 de Febrero de 2008