martes, 26 de mayo de 2009

LA CAMPAÑA QUE COMIENZA

Como era de prever no son los discursos europeístas los que están caracterizando el curso de la campaña. Si ya al electorado le cuesta captar la importancia de la política europea, por más que se conocen sus beneficios económicos, los partidos no hacen un gran esfuerzo por centrar la cuestión en lo que objetivamente se dirime el próximo siete de junio.

Al PP esto le trae sin cuidado. Lo ha subrayado Camps ayer mismo en Alicante al manifestar que ganando las elecciones europeas podrán lograr el anticipo de las elecciones generales. Estos comicios son solo instrumentales. El PP sigue sin aceptar la derrota del pasado año y mantiene la misma estrategia que en los cuatro anteriores consistente en desfondar al gobierno introduciendo el máximo de tensión y descalificación. Así puede entenderse que Rajoy no se esforzara en plantear propuestas en el debate sobre el estado de la nación y que apoye iniciativas de otros grupos con tal de provocar derrotas parlamentarias al gobierno. El PP busca la caída de éste sin conseguir el consenso político y social necesario para ser alternativa.

Europa no es lo importante para el PP. Tradicionalmente la derecha española siempre vio con inquietud las ideas que podían llegar desde ese lado. Paradójicamente la clase trabajadora española fue, por necesidad, más cosmopolita que la oligarquía nacional pues al emigrar en busca de ventura descubrió una sociedad más libre, más innovadora, más próspera y más justa que la que entonces ofrecía nuestro país. A los trabajadores si les interesa Europa.