La campaña electoral se ha detenido ante la brutalidad de la violencia machista que en un solo día se cobró cuatro víctimas, mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Esta violencia de género es un problema real que, obviamente, no pueden evitar contemplar los partidos en su panoplia de propuestas políticas. El gobierno dio un paso importante con la actual Ley de Violencia de Género pero también con la Ley de Igualdad. Sin embargo, las medidas punitivas no solucionan por sí este problema. Hacen falta muchas medidas de carácter transversal, entre ellas y sobre todo, las educativas, dirigidas tanto a los hombres como a las mujeres. Es fácil caer en la tentación de buscar rédito electoral al asunto pero sería lamentable tal propósito. Estamos ante un problema derivado de un modelo de relaciones sociales y valores, y no solo ante un hecho penal. Es sobre el modelo donde cabe incidir. Un modelo tradicional que agoniza ante el hecho de que la mujer acceda a la libertad y vaya ganando, cada vez más, mayores espacios en la sociedad. Lo que sobra es la vieja concepción reservada a la mujer, mujer.
Publicado en el Diario ABC el 29 de Febrero de 2008