El PP ha pasado del “Agua para todos” a no tener alternativa sobre el agua. A su posición en contra de las desaladoras, pese a que en su programa electoral de 2004 se comprometían a impulsarlas “mediante la ampliación y construcción de nuevas plantas”, se añade el desistimiento de trasvasar agua desde el Ebro, pues como comentan desde el PP de Aragón es muy difícil que vaya a haber agua sobrante. El PP ha quedado atrapado en su propia guerra del agua. Al pulso de los populares aragoneses, que con plante incluido, arrancaron de Rajoy la exclusión del trasvase del programa electoral con la pasividad de los populares valencianos, acontece ahora el fallo de la Audiencia Nacional por el que se rechaza la petición de la Generalitat de paralizar cautelarmente las obras de la planta desalinizadora de Torrevieja. Este contratiempo judicial perjudica más aún al candidato del PP por Valencia, González Pons, pues él mismo, siendo conseller, ordenó vallar las obras de la desaladora de Torrevieja para impedir su construcción. Además, por mucha táctica de despiste que se utilice, las obras se terminarán declarando legales de acuerdo a la doctrina del Tribunal Constitucional. Pero lo que importa es, si el PP ya no apuesta por el trasvase y tampoco quiere las desaladoras, ¿de donde se le ocurre que pueda venir el agua que necesitamos?. El lío es tremendo pues, conocedores de la alta sensibilidad de los valencianos por este tema, solo les queda marear hasta las elecciones. ¿De verdad, quieren agua?Publicado en el Diario ABC el 24 de Febrero de 2008
