El PP ha dado un giro de timón respecto de la proyección de su imagen. En los últimos cuatro años ha mantenido una estrategia basada en la tensión y movilización permanente de su electorado, alimentando la confrontación política, social y territorial, y fomentando la animadversión a Zapatero en su propia persona, esposa y abuelo incluidos. Más recientemente, en la precampaña ha lanzado duros mensajes e inquietantes propuestas electorales que afectaban a los sectores de población más vulnerables, estigmatizando a unos y preocupando a otros. Y ahora, con la colaboración de profesionales de la comunicación, que demuestran más compromiso que el militante más aguerrido, y abusando de la desmemoria que produce el consumo masivo de la información, el PP se nos presenta invertido. Ahora el PP es víctima de la tensión del partido del gobierno. Ahora el PP es víctima de los radicales y extremistas. A dos semanas de elecciones, el PP considera que debe dar imagen de centrismo. Después de criminalizar a los inmigrantes, suben a un negro al estrado de un mitin. La próxima foto será con camareros que, obviamente, no podrán ser como los de antes, para disgusto de Cañete.
Publicado en el Diario ABC el 25 de Febrero de 2008