miércoles, 31 de diciembre de 2008

NOS DEJO TONI CLEMENTE

El pasado domingo falleció en su domicilio particular de Valencia el compañero y catedrático Antonio Clemente Carrión, que ocupó la Dirección General de Universidades durante la etapa de Gobierno presidido por Joan Lerma. Estaba recién jubilado, de forma anticipada, en la Universitat de València.
Toni era Licenciado en Filosofía por la Universitat de València, y de Psicología por la de Barcelona, así como doctor en esta segunda especialidad nuevamente por la de València, en donde ejercía como catedrático. Director del Máster sobre Desarrollo Personal e Intervención Social y Director de Programas Internacionales de Doctorado sobre Desarrollo Personal. Esta última labor le llevó a viajar por todo el mundo: Chile, Angola, Cabo Verde, Portugal, República Dominicana... Ejerció como profesor invitado en varias universidades internacionales, como la de Yale, en Estados Unidos, o la de Madrás, en la India.
Impartió conferencias en diversas ciudades españolas sobre desarrollo psicológico adulto e inteligencia emocional, temática sobre la que versan varias de sus obras científicas. Fue consultor de múltiples empresas, especialmente sobre recursos humanos, organización y formación. También ejerció como consultor externo de formación de la empresa P&A. Era especialista en formación empresarial, fundamentalmente en la estrategia de formación de outdoor training, sobre la base del desarrollo de la inteligencia emocional.Pero sobre todo, Toni, fue nuestro querido compañero, un militante de la agrupación socialista del Marítimo, que llegó a ser miembro de la dirección del partido en la ciudad de Valencia. Cuesta hablar de quien todavía no consigues asumir que se fue. Tan súbita ha sido su marcha que me parecerá extraño no verle en las cenas que a menudo manteníamos con otros compañeros, con su atenta actitud, su sonrisa cordial y siempre correcto. Toni fue un hombre inquieto y rebelde frente a la irracionalidad. Tengo la satisfacción personal de haber contado con su apoyo y con su aprecio, lo que me hace estar eternamente agradecido a él y, ahora, a su memoria. Acuden a mi recuerdo sus palabras dirigidas a mí en 1997: “Cuando hablas, se nota que sientes cuanto dices, y eso me obliga a creerte. No cambies tu forma de ser”. Solo yo sé el impacto que me causaron y, ahora, intentando atrapar su recuerdo, vienen a mi mente sus consejos y su permanente disposición a colaborar en toda aventura política que pudiéramos proponerle. Con su marcha cargada de plenitud nos deja una parte que ya es nuestra pero que se la debemos. Donde quieras que estés te mando un abrazo, compañero del alma, compañero.