ETA ha irrumpido en la campaña electoral a su modo, del único modo que sabe y quiere, con la muerte, cobrándose la vida de un compañero, exconcejal socialista de Mondragón. Así ha cerrado ETA la campaña electoral: con sangre y amenazas. Como siempre, nuestra respuesta ha de ser la firmeza, la solidaridad, la unidad de los demócratas y el ejercicio del voto el próximo domingo. No me han gustado las palabras de Esperanza Aguirre, que aún caliente el cadáver del compañero, sigue arremetiendo contra Zapatero y su gestión. Algunos deberían reflexionar sobre sus palabras, como Martínez Pujalte que un día antes decía que a ETA le interesaba que el PSOE ganara las elecciones. ¿Que reacción cabría esperar de los citados si el asesinado hubiera sido otro?. He oído a Gallardón y me he sentido bien. Mi rabia está sólo contra la mano asesina y cobarde, que ha buscado una victima indefensa, un trabajador sin responsabilidad política. No caeré en la trampa del sectarismo. Sé la diferencia que existe entre la opinión y el crimen. La jornada de ayer se la dediqué a mi familia en honor a Isaías, nuestro compañero vasco.
Publicado en el Diario ABC el 8 de Marzo de 2008