“Lo de Irak fue la parte mala, pero no me quita un voto” ha declarado Mariano Rajoy tras la revisión de su debate televisado con Zapatero. La frase viene a decir, que ni perdió ni ganó votos, y que sigue con los que tenía. Tengo la impresión de que el PP renuncia a la mayoría y solo aspira a mantener su suelo electoral fuertemente partidista. El estilo que emplea es demasiado agresivo y muestra excesiva disposición a la beligerancia y al desprecio contra todo lo que se interponga en su objetivo. El turno le ha llegado al propio electorado y anticipa una mala actitud frente a la derrota. Decía Trillo hace pocos días que “hay que ser masoquista para votar al PSOE”, ofendiendo de este modo a unos cuantos millones de españoles que solo cometen el delito de optar de acuerdo a las reglas democráticas. Un demócrata debe respetar las decisiones del electorado e incluso defenderlas cuando éstas no coincidan con las opiniones propias. En la misma línea, Ana Mato llamó “analfabetos” a los niños andaluces, errando en la diana de sus criticas al gobierno andaluz. Será que andan sobrados.
Publicado en el Diario ABC el 6 de Marzo de 2008