domingo, 7 de octubre de 2007

CADA UNO EN SU SITIO

Resulta curioso, pero indignante, que lo que más nos siga doliendo sea el bolsillo. Este viernes los medios de comunicación daban cuenta del encarcelamiento de los miembros de la familia del difunto Pinochet y de sus colaboradores más cercanos. La detención de estos, ordenada por el juez Carlos Cerda, se debe a una apropiación indebida de fondos públicos, o dicho mejor en palabras de Carmen de Carlos, corresponsal de ABC en Chile, “por robar a Chile unos 27 millones de dólares que tenían depositados en bancos del exterior”. No es este, sin embargo, el único caso que afecta a la querencia de la familia Pinochet por amasar fortuna a costa de lo legal y ajeno. Esta corrupción delirante ha conseguido minar la imagen de Pinochet más que los crímenes cometidos durante su periodo de dictador en el que “manejó Chile sin piedad”, en expresión de la citada corresponsal. Así es hasta el punto que la derecha chilena hace ya tiempo comenzó a desvincularse del fantasma pinochetista.

Los más de 3.000 asesinados y desaparecidos por el régimen pinochetista y la represión de las libertades no fueron suficiente para estigmatizar la figura del dictador. Ha hecho falta que se demostrara que tanta crueldad y sacrificio provocados no derivaba de unas ideas con costes inevitables, sino del ansia por el poder político y económico. La cruzada ideológica de Pinochet, que murió impune, no se realizó gratuita ni generosamente. La codicia, a costa del sufrimiento de sus conciudadanos, fundamentó su voluntad.
Publicado en el Diario ABC el 7 de Septiembre de 2007