miércoles, 5 de septiembre de 2007

EL FUTURO DE LA MONARQUÍA


Las declaraciones del senador Anasagasti, próximas en el tiempo a la censurada portada de “El Jueves”, han provocado una importante polémica sobre las injurias u ofensas dirigidas a la Casa Real pero más allá de las malas formas tales hechos proyectan un cuestionamiento de la institución monárquica. En España, la monarquía actual ha venido ligada a la recuperación de la democracia y la figura del rey, D. Juan Carlos I, está asociada, no solo al logro de la democracia, sino a su propia defensa encarnada de modo especial en su oposición al golpe de Estado de 1981. Su carácter personal y don de gentes le ha valido la simpatía y la admiración de políticos y ciudadanos en general. Por su parte, la Reina Dª Sofía ha sabido también granjearse, con su discreción, el cariño de la gente. Hasta ahí, y pese a algún conato, las figuras de sus majestades han resultado incuestionables. Ahora bien, las circunstancias históricas tan especiales que acompañaron a D. Juan Carlos y Dª Sofía no se repetirán, previsiblemente, respecto de sus herederos lo que permite abrir una brecha en la hasta ahora intocabilidad de la institución real. El matrimonio del príncipe heredero con una ciudadana exenta de origen aristocrático acerca la institución al pueblo sencillo pero la hace, al tiempo, más vulnerable a la crítica. Sin duda, la solidez y vigorosidad de la monarquía del futuro pasa por proyectar un mayor vínculo de ésta con relación a las necesidades de la gente y divulgar más su provecho.
Publicado el 29 de Julio de 2007