Un hombre residente en Sevilla se desplaza a Valencia para incendiar su vehículo con el propósito de cobrar la indemnización de su seguro. Podría haber simulado el incendio en cualquier otro sitio pero hacerlo en Valencia le otorgaba una presunción de veracidad, y ello porque en nuestra ciudad el incendio de un vehículo es un hecho normal, es decir, que el riesgo de que te incendien el coche alcanza altas probabilidades. La noticia ha sido recogida como la confirmación de lo que para todos es una constatación. Valencia está siendo conocida por muchas cosas atractivas, y otras algo exóticas, pero lamentablemente también se empieza a conocer por algunos despropósitos como es este caso. En 2002 se encendieron todas las alarmas sobre este asunto pero desde entonces la quema de vehículos no ha dejado de ser noticia diaria. Desde verano he venido insistiendo en que, nuevamente, el tema se descontrolaba y solo hallé en el gobierno municipal del PP indiferencia frente a las advertencias. Vista la dimensión que iba tomando el problema, el gobierno de Barberá anunció un plan cuya realidad se reducía a los meros titulares de prensa. Tras el fracaso del supuesto operativo, se decidió declinar la responsabilidad, hasta entonces claramente asumida, y trasladar la incapacidad en forma de reproche al gobierno de la nación que, como se sabe, siempre tiene la culpa de todo. Pero lo cierto es que en esta ciudad se queman más coches que en cualquier otra de España, incluida Bilbao con Kale Borroka de por medio.
Publicado en el Diario ABC el 23 de Diciembre de 2007