Sabido es que el Consell practica insistentemente el victimismo como método de confrontación con el actual gobierno de España y para reforzar la imagen de partido que defiende los intereses valencianos. Pero la estratagema entraña también un propósito desresponsabilizador, esto es, quejándose y reivindicando evitan asumir su propia responsabilidad que en muchos casos tiene que ver con el ejercicio de las competencias plenas que posee como autogobierno.El PP tiene un extraño concepto del autogobierno. La descentralización se justifica en la medida que implica una mayor participación política de los ciudadanos, un gobierno más próximo que conecta mejor con las necesidades ciudadanas y en la eficacia en la resolución de las mismas. Ostentar la voz o la representación de los valencianos no exige el autogobierno pues para ello ya están los parlamentarios electos. Estos últimos son sus representantes mientras que el gobierno autonómico está para gobernar o, si se quiere, para gestionar las competencias que le corresponden.
El ámbito de las infraestructuras se ha convertido en el espacio apropiado para este victimismo del Consell. Siempre hay alguna obra que encargar al Estado para su financiación olvidando que nuestro Estatuto de Autonomía confiere a las instituciones de autogobierno la responsabilidad de todas aquellas infraestructuras que transcurran exclusivamente por nuestra Comunidad. Recurrir a “Papá Estado” puede servir para ocultar las propias debilidades pero también oculta las ventajas del autogobierno.
Y mientras el PP nativo pide más dinero a Madrid, su jefe nacional, Rajoy, acusa a Zapatero de ser un gastador.
Publicado en el Diario ABC el 4 de Mayo de 2009
