“El poder desgasta pero la oposición mucho más”, es una frase atribuida a Giulio Andreotti, varias veces primer ministro de Italia, y bien la podría encajar Mariano Rajoy vistas las encuestas que publicaban esta semana varios diarios y que coincidían en señalar que los socialistas están entre 2,5 y 3 puntos por delante del PP en intención de voto.
La sorpresa que han causado estas encuestas radica en la situación de crisis económica que atravesamos y que, en principio, debería afectar más a quien gobierna al cargar con la responsabilidad de procurar medidas que amortigüen los efectos de tal crisis. En esa misma lógica, cabría esperar que la oposición se beneficiara de estos malos momentos como consecuencia del desgaste del gobierno.
En esa esperada lógica, Rajoy ha venido hablando tan solo de crisis y, apurando la desdicha, de desempleo, desde que revalidara su cargo en el Congreso de Valencia. De tal modo, que tanta insistencia, ha venido a sugerir que tanto peor vayan las cosas para los españoles, mejor se pondrán para el PP. Y claro, ahí no hay sintonía ninguna con quienes padecen la crisis.
Así que si los ciudadanos no están contentos y pueden exigir a su gobierno que debe hacer algo más, incluso lo máximo, sin embargo no esperan nada de la oposición. Saben que la oposición tiene dificultades para contribuir a los remedios, pero es que tampoco confían en que estén por la labor. Si Rajoy se mantiene con este único punto como eje vertebrador de su oposición al gobierno, la crisis también le pueda afectar al PP.
La sorpresa que han causado estas encuestas radica en la situación de crisis económica que atravesamos y que, en principio, debería afectar más a quien gobierna al cargar con la responsabilidad de procurar medidas que amortigüen los efectos de tal crisis. En esa misma lógica, cabría esperar que la oposición se beneficiara de estos malos momentos como consecuencia del desgaste del gobierno.
En esa esperada lógica, Rajoy ha venido hablando tan solo de crisis y, apurando la desdicha, de desempleo, desde que revalidara su cargo en el Congreso de Valencia. De tal modo, que tanta insistencia, ha venido a sugerir que tanto peor vayan las cosas para los españoles, mejor se pondrán para el PP. Y claro, ahí no hay sintonía ninguna con quienes padecen la crisis.
Así que si los ciudadanos no están contentos y pueden exigir a su gobierno que debe hacer algo más, incluso lo máximo, sin embargo no esperan nada de la oposición. Saben que la oposición tiene dificultades para contribuir a los remedios, pero es que tampoco confían en que estén por la labor. Si Rajoy se mantiene con este único punto como eje vertebrador de su oposición al gobierno, la crisis también le pueda afectar al PP.
Publicado en el Diario ABC el 12 de Enero de 2009
