El periodo de reflexión para decidir si me dedicaba a recabar apoyos para candidatarme a la Secretaría general del PSPV-PSOE va concluyendo. Barack Obama dice que “ni la ambición ni la determinación bastan para explicar la conducta de los políticos. Los acompaña otra emoción, quizá más penetrante y ciertamente más destructiva, una emoción que, cuando remite el vértigo que sientes al anunciar oficialmente tu candidatura, te aferra rápidamente y no te abandona hasta después del día de las elecciones. Esa emoción es el miedo. No solo miedo a perder, aunque eso ya es de por sí bastante malo, sino miedo a la humillación total y absoluta”.
He recibido muchas muestras de apoyo y también peticiones de que me lo piense mejor. Como aún no he hecho efectiva mi decisión no me han llegado reacciones feroces. El PP, a través de un comunicado de su responsable de asuntos socialistas, Sagrario Sánchez, me advierte que no represento el cambio, como si también ellos estuvieron implicados en ese propósito. Ello me tranquiliza, seria peor que dijesen que soy el más indicado para asumir la dirección del PSPV.
De todas las conversaciones que he mantenido, y han sido muchas, la conclusión es que cuanto decida ni va a resultar indiferente ni voy a poder quedar bien con todos. Siguiendo con Obama “hagas lo que hagas, siempre habrá alguien que se enfadará contigo, que serás víctima de ataques políticos sin importar lo cautelosos que sean tus votos, y que tu buen juicio puede ser tomado como cobardía y tu valor interpretado como puro cálculo político”. Pues, eso.
He recibido muchas muestras de apoyo y también peticiones de que me lo piense mejor. Como aún no he hecho efectiva mi decisión no me han llegado reacciones feroces. El PP, a través de un comunicado de su responsable de asuntos socialistas, Sagrario Sánchez, me advierte que no represento el cambio, como si también ellos estuvieron implicados en ese propósito. Ello me tranquiliza, seria peor que dijesen que soy el más indicado para asumir la dirección del PSPV.
De todas las conversaciones que he mantenido, y han sido muchas, la conclusión es que cuanto decida ni va a resultar indiferente ni voy a poder quedar bien con todos. Siguiendo con Obama “hagas lo que hagas, siempre habrá alguien que se enfadará contigo, que serás víctima de ataques políticos sin importar lo cautelosos que sean tus votos, y que tu buen juicio puede ser tomado como cobardía y tu valor interpretado como puro cálculo político”. Pues, eso.
Publicado en el Diario ABC el 14 de Julio de 2008