El presidente del partido en Valencia opta a representar un papel 'superador' de los candidatos que llevan ya meses en campaña orgánica
Una semana después de que José Luis Rodríguez Zapatero volviera a convertir uno de esos ejercicios inocuos -su reelección como secretario general estaba asegurada- en un espectáculo de entronización de la juventud (véase Leire Pajín) y en un nuevo argumento de distracción para el PP, con el aborto, la eutanasia y demás piruetas, la carrera por el socialismo valenciano comienza a tomar cuerpo de verdad.Huérfanos de un secretario general desde la dimisión de Ignasi Pla hace casi nueve meses, el parto más complicado para la ejecutiva federal del PSOE pasa por concitar los apoyos suficientes -no menos del 70%- para que el nuevo secretario general del PSPV disponga de una cierta calma con la que afrontar la difícil prueba de, no ya derrotar, pero sí al menos acercarse, a esa máquina de ganar elecciones que es el PP valenciano.En la carrera figuran desde hace meses, algunos incluso desde hace más de un año, tres aspirantes a candidato. Ninguno de ellos -Ximo Puig, Francesc Romeu y Jorge Alarte- ha logrado hasta la fecha no ya consolidar sus apoyos, sino ni tan siquiera incrementarlos.El cónclave federal ha demostrado esa circunstancia. El primero de ellos, alcalde de Morella, referencia histórica del lermismo, ha maniobrado de forma deficiente, igual que todo el entorno del presidente de la gestora. Los desprecios de los que fue objeto Joan Lerma como presidente de la gestora -caído de la portavocía del Senado, enfrentado en campaña con De la Vega y ninguneado en el nombramiento del nuevo delegado del Gobierno- han culminado con la designación Pajín como número tres del partido, y sin opciones de situar a ninguna persona de su confianza en la nueva ejecutiva federal.El cónclave federal tampoco ha salido mucho mejor para Francesc Romeu. No logró salir elegido delegado, y no ha tenido opciones para transmitir capacidad alguna de influencia. Debilidad excesiva para optar a la secretaría general.Y queda Alarte. "Alarte, sólo por descarte", dicen algunos que es la consigna a seguir. El alcalde de Alaquàs lleva en la carrera más de un año, pero su candidatura, igual que las de los dos anteriores, no ha despertado excesivas simpatías en Madrid. Probablemente porque pese a su hiperactividad por incrementar sus apoyos, nada da a entender que haya logrado ese objetivo.Madrid no 'señala' Este panorama, el de la ausencia de un favorito a la secretaría general, unido a la constatación de la ejecutiva federal de que no se va a 'señalar' a ningún candidato como preferido de Madrid, sitúa al presidente del PSPV de Valencia y viceportavoz en el Ayuntamiento, José Luis Ábalos, en las mejores condiciones para entrar en la carrera.Durante los últimos días, el concejal socialista ha incrementado sus contactos con algunos referentes del partido con el objetivo de pulsar su disposición a respaldar su candidatura. Las reuniones han servido para constatar que Ábalos dispone de apoyos notables en algunas de las principales comarcas -por número de delegados- del PSPV. En el cónclave federal del pasado fin de semana, al presidente de los socialistas de Valencia se le vio junto a casi una veintena de delegados valencianos. Sin ser la carrera por el liderazgo del socialismo valenciano, se trata ya de apoyos suficientes, como mínimo, para competir con el resto de aspirantes.La irrupción de Ábalos en la pugna por la secretaría general deshace el razonamiento de que Alarte sea, por descarte, el candidato con más apoyos al margen de la candidatura de Ximo Puig. Con independencia de las maniobras -sobre todo en la provincia de Alicante- del entorno de Leire Pajín para que los delegados no cedan sus avales a ningún candidato, probablemente con el objetivo de decantarse en el último momento por el mejor situado (o por el que más interese), el presidente del PSPV de Valencia dispone de apoyos en algunas de las comarcas de referencia, que pueden decantar el resultado del congreso.La eventual candidatura de Ábalos ha disparado el nerviosismo entre algunos referentes del partido, que se han apresurado a dejar entrever que el concejal busca más el liderazgo provincial que el de País. El dato no deja de resultar chocante, toda vez que una de las últimas reuniones mantenidas por el dirigente socialista ha sido en Alicante, y parece poco probable que esté pensando en el liderazgo de esa provincia.El hecho de formalizar su candidatura tras el cónclave federal -podría hacerlo esta semana- y sobre todo, tantos meses después del resto de aspirantes, sitúa a Ábalos en disposición de ejercer un papel superador del resto de candidaturas. La dirección federal del PSOE ya conoce de su disposición a optar al liderazgo del partido. Y por el momento, esa confirmación no ha recibido la más mínima objeción.
Noticia publicada en el Diario Las Provincias