Esta semana se ha filtrado a algunos medios de comunicación un informe del PSPV sobre las causas de la derrota electoral del pasado mes de mayo. Los contenidos del mismo no adquieren ninguna novedad en el debate formal e informal que los socialistas hemos venido manteniendo. Quizá la única novedad escriba en la propia filtración, en su extemporaneidad y, sobre todo, en su inoportunidad.
En el Comité Nacional del PSPV, que tuvo lugar después de los comicios, se expusieron por parte de los allí intervinientes todos los elementos o causas que figuran en el informe en cuestión. En aquella reunión alguien tuvo la peregrina idea de zanjar el debate con una propuesta que permitía aplazarlo con la coartada de elaborar un estudio “serio”sobre las causas de la derrota.
En definitiva, los máximos representantes del PSPV quedábamos del todo inútiles para interpretar el veredicto de los ciudadanos. Pero como el tiempo pasó y el debate comprometido no se realizó, el acuerdo quedo en aguas de borrajas.
Ahora bien, alguien, el filtrador, ha debido pensar que el esfuerzo realizado en elaborar el informe no merecía el mero olvido y, así, lo que no se brindó a quienes tenían derecho, según el acuerdo adoptado, pasa a ser parte de la información general.
El problema es que hablar ahora de las causas de la derrota teniendo inmediatamente unas elecciones generales a las que hay que acudir con otra mentalidad resulta inoportuno, por que lo que ahora interesa, y sobre todo a los ciudadanos, es qué razones les damos no para perder si no para ganar.
En el Comité Nacional del PSPV, que tuvo lugar después de los comicios, se expusieron por parte de los allí intervinientes todos los elementos o causas que figuran en el informe en cuestión. En aquella reunión alguien tuvo la peregrina idea de zanjar el debate con una propuesta que permitía aplazarlo con la coartada de elaborar un estudio “serio”sobre las causas de la derrota.
En definitiva, los máximos representantes del PSPV quedábamos del todo inútiles para interpretar el veredicto de los ciudadanos. Pero como el tiempo pasó y el debate comprometido no se realizó, el acuerdo quedo en aguas de borrajas.
Ahora bien, alguien, el filtrador, ha debido pensar que el esfuerzo realizado en elaborar el informe no merecía el mero olvido y, así, lo que no se brindó a quienes tenían derecho, según el acuerdo adoptado, pasa a ser parte de la información general.
El problema es que hablar ahora de las causas de la derrota teniendo inmediatamente unas elecciones generales a las que hay que acudir con otra mentalidad resulta inoportuno, por que lo que ahora interesa, y sobre todo a los ciudadanos, es qué razones les damos no para perder si no para ganar.
Publicado el 23 de Septiembre de 2007 en el Diario ABC
