La declaración de ZP sobre el futuro político de J. Sevilla ha provocado un terremoto en el PSPV que, apreciando sus consecuencias, cabe tomarla en serio. Las reacciones dadas esta semana evidencian que Sevilla es el candidato que mejor ve el Presidente del Gobierno para dirigir a los socialistas valencianos. Más allá de la información que uno pueda disponer lo evidencian las ruedas de prensa convocadas por Pla y Alarte. Sin el presupuesto que planteó ZP, lo anterior no hubiera ocurrido. Tras la derrota del 27-M consideré que ante la falta de alternativas de liderazgo que tenía el PSPV y en ausencia de movimientos organizados para acudir a un congreso, lo mejor era esperar a los procesos ordinarios del partido y centrar los esfuerzos en las inmediatas elecciones generales. Pero ZP ha desmontado esta opinión y otras similares. Ahora hay más de un candidato para relevar a Pla. Y probablemente hay quien espere a ver la evolución de los primeros escarceos, evitando el desgaste, para saltar también a la arena. El proceso congresual, pues, se ha abierto en el PSPV, y en esas condiciones el objetivo de centrarse en las elecciones generales prescindiendo de congresos resulta muy difícil. Un partido con un secretario general despidiéndose, con declarados aspirantes a sucederle haciendo campaña para alcanzar sus objetivos y otros tantos expectantes complicando el proceso a los anteriores, no reúne las condiciones para afrontar una cita electoral. Así pues, lo razonable a estas alturas es convocar un Congreso extraordinario que ya todo el mundo considera inevitable.
Publicado el 15 de Julio de 2007