La polémica que ha cerrado la semana la ha servido el cese del ministro valenciano, Jordi Sevilla, y las casi simultáneas declaraciones de ZP acerca de la buenísima idea que sería que el ya ex ministro tuviera importantes responsabilidades en la Comunidad Valenciana, que dada la orfandad institucional del socialismo valenciano solo cabe referirlas al ámbito del PSPV. Algunos militantes socialistas consideran que va consolidándose un modelo con respecto a este proceder. En todo caso, sigue abonándose la incertidumbre respecto de nuestro futuro. En el PSPV parece que cuenta más la providencia y los designios que la capacidad de sus dirigentes para alumbrar las alternativas. Lo que ya no sé es si la orden anterior, esto es, que no se mueva nada antes de las generales, sigue vigente o es cuestión de oportunidad. En cualquier caso, he de señalar que más allá de las experiencias personales, Jordi Sevilla es de lo mejor que tiene el PSPV y, que libre de compromisos, resulta más interesante. En otro orden, el del Consell, parece consolidarse el modelo Sarkozi en versión vernácula. Una vicepresidencia en materia de bienestar social, sin considerar a su titular, es lo que debería hacer un gobierno socialdemócrata y aún no ha hecho. Como también es interesante la idea de un departamento ocupado en lo que el socialismo de los noventa advertía como los nuevos valores de la sociedad o postmateriales. El nombramiento de personas como Alex Catalá, que igual podría estar en un gobierno progresista, avala esta consideración.
Publicado el 8 de Julio de 2007
