ETA es un anacronismo sangriento. El comunicado de los terroristas remitido al diario Gara, es un mensaje de impotente pesimismo que expresa con claridad la intimidación mafiosa y la ausencia de proyecto político.
Para ellos, toda fuerza política que concurre a elecciones democráticas es execrable y cualquier resultado electoral un fraude en esencia. Sus invectivas al PSE pero también al PNV y a Aralar demuestran su soledad política, y por ello los nacionalistas vascos deben ser bastante prudentes para no avivar un discurso abertzale que brinde aire a los terroristas. El PNV, aún fuera del gobierno vasco, mantiene una enorme responsabilidad con relación al fin de la violencia. Esta cuestión habrá de tenerla presente en la definición de su estrategia de oposición una vez supere su contrariedad e incomprensión con respecto a la nueva situación, como lo demuestran los discursos pronunciados en la celebración del Aberri Eguna. El PNV no puede ser la equidistancia entre España y el terrorismo.
Por lo demás, que los terroristas señalen al futuro gobierno vasco como objetivo prioritario no constituye ninguna sorpresa. Los socialistas y todos los demócratas vascos han sido siempre objetivo de ETA. Y el objetivo de los demócratas ha sido siempre el de acabar con el crimen y el temor que ofrece la banda.
En buena medida, el acuerdo de socialistas y populares en Euzkadi para abrir una nueva gobernabilidad, que oxigene la vida política vasca, tiene que ver con la decisión de pasar de ser meras víctimas a auténticos protagonistas políticos.
Para ellos, toda fuerza política que concurre a elecciones democráticas es execrable y cualquier resultado electoral un fraude en esencia. Sus invectivas al PSE pero también al PNV y a Aralar demuestran su soledad política, y por ello los nacionalistas vascos deben ser bastante prudentes para no avivar un discurso abertzale que brinde aire a los terroristas. El PNV, aún fuera del gobierno vasco, mantiene una enorme responsabilidad con relación al fin de la violencia. Esta cuestión habrá de tenerla presente en la definición de su estrategia de oposición una vez supere su contrariedad e incomprensión con respecto a la nueva situación, como lo demuestran los discursos pronunciados en la celebración del Aberri Eguna. El PNV no puede ser la equidistancia entre España y el terrorismo.
Por lo demás, que los terroristas señalen al futuro gobierno vasco como objetivo prioritario no constituye ninguna sorpresa. Los socialistas y todos los demócratas vascos han sido siempre objetivo de ETA. Y el objetivo de los demócratas ha sido siempre el de acabar con el crimen y el temor que ofrece la banda.
En buena medida, el acuerdo de socialistas y populares en Euzkadi para abrir una nueva gobernabilidad, que oxigene la vida política vasca, tiene que ver con la decisión de pasar de ser meras víctimas a auténticos protagonistas políticos.
Publicado en el Diario ABC el 13 de Abril de 2009