Las remesas, cantidades de dinero enviadas por las personas emigrantes a sus países de origen, han sido durante varias generaciones una gran ayuda para los familiares que permanecen en los países de origen. En los últimos años las cantidades anuales de dinero han llegado a ser tan grandes que en algunos países han desplazado a las exportaciones tradicionales como la principal fuente de ingresos de la economía nacional.Las remesas que los inmigrantes que viven en España envían a sus países de origen suponen "prácticamente el doble de la cantidad que dedica España a la ayuda oficial al desarrollo", ya que alcanzaron en 2007 los 10.000 millones de euros, mientras que la ayuda oficial al desarrollo alcanzará en 2008 los 5.000 millones de euros, según asegura la exdirectora general de Planificación y Evaluación de Políticas para el Desarrollo, Milagros Hernando.
Hernando señala que los gobiernos de los países receptores de dinero "intentan cobrar impuestos por las remesas que reciben", lo que califica de "afán de rapiña", mientras que "los países del Norte intentan contabilizarlas en el apoyo que ofrecen a los países receptores". Estos últimos "temen que las transferencias privadas sustituyan a la ayuda oficial", lo que "no es el objetivo del Gobierno de España", asegura. Según dice, a los 8.300 millones en remesas que se enviaron en 2007 por los canales oficiales, se suma una cantidad "del 30 por ciento aproximadamente a través de canales no formalizados".Para la exdirectora general , es necesario "dinamizar los acuerdos entre entidades bancarias para que haya seguridad jurídica en las remesas que se envían" y señala la urgencia de "que la persona receptora pueda plantearse planes de futuro" con un acceso al crédito bancario y a "planes de futuro" a partir de los fondos que recibe de familiares en otros países.Por su parte, Iñigo Moré, director de Remesas.org, entidad especializada en el envío de dinero de los emigrantes a sus países de origen, asegura que "si las remesas dejaran de llegar a los países de destino, sería un cataclismo económico para esas naciones". Moré indica que "la aplicación de la legislación europea llevará en poco tiempo a que cualquiera pueda realizar un envío de dinero" a otro país, lo que califica de "democratización financiera" y llevará a que termine el monopolio actual de los bancos.Para Moré, "la regulación en el envío de remesas hace que los que las envían busquen formas alternativas de hacerlo", y cita la obligación de justificar el origen del dinero para envíos a partir de 3.000 euros, mientras que "el dinero se puede llevar en metálico de un país a otro no tienen límite". En ese sentido, "el 20 por ciento de las remesas que van a Rumanía llegan en autobús".
España es el tercer país en envío de remesas del mundo y se encuentra ahora en el momento álgido de estos envíos, ya que los inmigrantes empezarán a enviar menos dinero desde 2009, cuando crezcan sus gastos en España, además de que llegarán menos inmigrantes en un futuro próximo.
“Hoy en día, una de cada 10 personas en el mundo está relacionada directamente con las remesas. Aproximadamente, 125 millones de trabajadores envían dinero para apoyar a 500 millones de familiares que permanecen en su país de origen”. Afirma Donald Terry, director del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) en su informe 'A la vista de todos pero invisibles: el caso de las remesas'.Desde 1993, como parte del Grupo BID, el FOMIN es un motor de impulso para el desarrollo innovador del sector privado en América Latina y el Caribe, usando donaciones e inversiones para ayudar a las micro y pequeñas empresas . De esta manera, ha establecido un conjunto de recomendaciones para las instituciones de remesas, los organismos públicos y la sociedad civil, y colabora activamente con otras organizaciones internacionales a fin de mejorar la calidad de los datos sobre remesas y el impacto de estos flujos en la vida de las personas.La entidad intenta apoyar el impacto de desarrollo de remesas haciendo más seguras y baratas las transferencias de dinero y poniendo los servicios bancarios formales al alcance de las personas que envían y reciben remesas. La organización promueve la propuesta de instituciones que promuevan proyectos que apoyen el desarrollo de instrumentos financieros y fondos de inversión destinados a aprovechar el capital de los emigrantes en la creación de nuevas empresas y otras aplicaciones innovadoras. Puedes acceder desde la web del FOMIN a las directrices para proponer proyectos.
Hernando señala que los gobiernos de los países receptores de dinero "intentan cobrar impuestos por las remesas que reciben", lo que califica de "afán de rapiña", mientras que "los países del Norte intentan contabilizarlas en el apoyo que ofrecen a los países receptores". Estos últimos "temen que las transferencias privadas sustituyan a la ayuda oficial", lo que "no es el objetivo del Gobierno de España", asegura. Según dice, a los 8.300 millones en remesas que se enviaron en 2007 por los canales oficiales, se suma una cantidad "del 30 por ciento aproximadamente a través de canales no formalizados".Para la exdirectora general , es necesario "dinamizar los acuerdos entre entidades bancarias para que haya seguridad jurídica en las remesas que se envían" y señala la urgencia de "que la persona receptora pueda plantearse planes de futuro" con un acceso al crédito bancario y a "planes de futuro" a partir de los fondos que recibe de familiares en otros países.Por su parte, Iñigo Moré, director de Remesas.org, entidad especializada en el envío de dinero de los emigrantes a sus países de origen, asegura que "si las remesas dejaran de llegar a los países de destino, sería un cataclismo económico para esas naciones". Moré indica que "la aplicación de la legislación europea llevará en poco tiempo a que cualquiera pueda realizar un envío de dinero" a otro país, lo que califica de "democratización financiera" y llevará a que termine el monopolio actual de los bancos.Para Moré, "la regulación en el envío de remesas hace que los que las envían busquen formas alternativas de hacerlo", y cita la obligación de justificar el origen del dinero para envíos a partir de 3.000 euros, mientras que "el dinero se puede llevar en metálico de un país a otro no tienen límite". En ese sentido, "el 20 por ciento de las remesas que van a Rumanía llegan en autobús".
España es el tercer país en envío de remesas del mundo y se encuentra ahora en el momento álgido de estos envíos, ya que los inmigrantes empezarán a enviar menos dinero desde 2009, cuando crezcan sus gastos en España, además de que llegarán menos inmigrantes en un futuro próximo.
“Hoy en día, una de cada 10 personas en el mundo está relacionada directamente con las remesas. Aproximadamente, 125 millones de trabajadores envían dinero para apoyar a 500 millones de familiares que permanecen en su país de origen”. Afirma Donald Terry, director del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) en su informe 'A la vista de todos pero invisibles: el caso de las remesas'.Desde 1993, como parte del Grupo BID, el FOMIN es un motor de impulso para el desarrollo innovador del sector privado en América Latina y el Caribe, usando donaciones e inversiones para ayudar a las micro y pequeñas empresas . De esta manera, ha establecido un conjunto de recomendaciones para las instituciones de remesas, los organismos públicos y la sociedad civil, y colabora activamente con otras organizaciones internacionales a fin de mejorar la calidad de los datos sobre remesas y el impacto de estos flujos en la vida de las personas.La entidad intenta apoyar el impacto de desarrollo de remesas haciendo más seguras y baratas las transferencias de dinero y poniendo los servicios bancarios formales al alcance de las personas que envían y reciben remesas. La organización promueve la propuesta de instituciones que promuevan proyectos que apoyen el desarrollo de instrumentos financieros y fondos de inversión destinados a aprovechar el capital de los emigrantes en la creación de nuevas empresas y otras aplicaciones innovadoras. Puedes acceder desde la web del FOMIN a las directrices para proponer proyectos.