lunes, 28 de abril de 2008

CON EL MIEDO EN EL CUERPO

Compareció Esperanza Aguirre en Televisión Española precedida de una expectación justificada y decepcionó. Pese a los esfuerzos de los profesionales de la comunicación convocados para la ocasión, no hubo respuestas claras ni sinceras por más que alardee la “lideresa” de tales rasgos. Desperdició una gran ocasión para proyectarse públicamente y nos dejó una impresión de patetismo político y personal. Su indefinición, consecuencia de una mixtura de ambición y temor, desesperó. Su actitud no dejó contentos a nadie y a quien menos le sirvió fue a ella misma. Sus detractores, contentos por el espectáculo, no quedarán conformes con sus renuncias. La desconfianza que suscita quedó reforzada. Quienes la han venido animando y loando, han quedado traicionados por la cobardía. Y quienes esperaban ser convencidos o atraídos por tan polémico personaje, se han quedado decepcionados. El miedo a perder ha arruinado la figura de Aguirre. Influida por el calor que da el poder y los medios de comunicación, por la cohorte de aduladores que mantiene y por el infortunio del líder nacional en su carrera electoral, Esperanza, sintió que su estatura se elevaba considerablemente y que bien merecía ser la nueva líder del PP. Pero su error fue no medir las ambiciones de otros, para los que su objetivo pasa por hacerse con ese liderazgo dentro de tres años y para eso lo mejor es no crearse enemigos ni indisponerse mediante la deslealtad con quien, hasta hora, ha llevado el timón. Aguirre bajó la mirada del cielo y cuando la fijó sobre la tierra vio que no había agua.
Publicado en el Diario ABC el 27 de Abril de 2008