El ex obispo católico Fernando Lugo obtuvo un histórico triunfo en los comicios generales de este domingo en Paraguay y sacó del poder al Partido Colorado que ha gobernado 61 años el país. En un discurso ante cientos de simpatizantes en su centro de campaña, Lugo dijo que "los pequeños también esán capacitados para vencer", según despachos del día 20 procedentes de Asunción, la capital paragauaya. "Ustedes son culpables de la alegría del pueblo paraguayo esta noche, expresó lugo a sus seguidores. "Este es el Paraguay que sueño, el Paraguay de muchos colores, el Paraguay de todos", afirmó. Lugo, de la la Alianza Patriótica para el Cambio, se impuso a sus principales contricantes, la candidata del gobernante Partido Colorado, Blanca Ovelar, y el ex jefe del ejército, Lino Oviedo, de la derechista Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (UNACE). Lugo, conocido como el "obispo de los pobres", llevará como vicepresidente a Federico Franco. Como en Paraguay no hay segunda vuelta, el candidato que obtiene el número más alto de sufragios conquista la presidencia. Lugo tomará posesion el 15 de agosto para un periodo de cinco años en sustitución del mandatario saliente, Nicanor Duarte. Con su histórico triunfo, Lugo saca del poder al Partido Colorado que ha gobernado 61 años paraguay, un país estigmatizado por la corrupción y la pobreza, que afecta al 44 por ciento de la población. Los comicios generales de este domingo en Paraguay se caracterizaron por la masiva afluencia de electores a las urnas y escasos incidentes aislados, incluidas las detenciones de dos individuos armados con un puñal y un revólver en centros de votos. El Tribunal Superior de Justicia Electoral concedía a Lugo una ventaja de alrededor de ocho puntos sobre su contrincante Blanca Ovelar, con el 62 por ciento del recuento rápido. El tribunal daba a Lugo 40,2 por ciento de los votos a Ovelar, 32 por ciento. De los 5,6 millones de habitantes de Paraguay, 2,8 millones estuvieron inscritos como electores. Lugo prometió un gobierno sin corrupción y una reforma agraria que beneficie a los pobres y los indígenas sin tierra. Dijo que renegociará con Brasil los excedentes eléctricos de Paraguay en la hidroeléctrica binacional de Itaipú y fomentará la instalación de empresas para la generación de empleos. Lugo asegura que no es izquierdista, sino un practicante de la "teología de la liberación", una doctrina creada hace casi 30 años por obispos católicos a favor de los pobres y los indígenas en América Latina y que rechaza la elitización de la iglesia.