Rajoy se ha desahogado en Elche. Por él hemos sabido del conglomerado ideológico que alberga el PP, desde liberales y conservadores, hasta demócrata-cristianos e, incluso, hasta socialdemócratas. Estos últimos, una especie de rojillos infiltrados, parecen disgustar a Esperanza Aguirre. Habría que añadir a los anteriores a la inveterada derecha patria y castiza y a los residuos nostálgicos faltos de opciones posibilistas. Esa composición heterogénea es la responsable del flexible y adaptable discurso del PP a las circunstancias que establece la coyuntura, y es también lo que le otorga la posibilidad de articular mayorías. Este debate ideológico que por fin se da en el PP y que tanto encanta a Aguirre, parece más bien una coartada para justificar el pulso por el poder dentro del Partido. Aparentaría Aguirre con ello estar más preocupada por el carácter ideológico de su partido que por sus ambiciones personales y políticas. Ya no le queda más que intentar liderar el PP para salvaguardar su esencia ideológica.
Así, a Rajoy le toca seguir bregando tras una larga e intensa campaña electoral, y ésta vez para hacerse con su propio rebaño partidario. Los otrora aliados, militantes de su partido y elementos de los medios de comunicación, se han convertido en sus adversarios más peligrosos. A Rajoy le queda bastante guerra por delante y en el mejor de los horizontes solo apreciará una victoria pírrica, pues aunque pueda ganar legitimidad al superar su designado liderazgo, solo habrá vencido a los que deberían haber sido sus propios respaldos.
Así, a Rajoy le toca seguir bregando tras una larga e intensa campaña electoral, y ésta vez para hacerse con su propio rebaño partidario. Los otrora aliados, militantes de su partido y elementos de los medios de comunicación, se han convertido en sus adversarios más peligrosos. A Rajoy le queda bastante guerra por delante y en el mejor de los horizontes solo apreciará una victoria pírrica, pues aunque pueda ganar legitimidad al superar su designado liderazgo, solo habrá vencido a los que deberían haber sido sus propios respaldos.
Publicado en el Diario ABC el 20 de Abril de 2008