
El célebre “viraje al centro” ha situado parte de la polémica aludida. Al respecto he de decir que ni siquiera con las ayudas del publicitado Lakoff se consigue aprovechamiento. Dice el citado lingüista que “los candidatos liberales y progresistas tienden a guiarse por las encuestas, y así deciden que tienen que hacerse más centristas, por lo que giran a la derecha. Los conservadores no giran nunca a la izquierda y, sin embargo, ¡ganan!”. Y ello porque el electorado vota más por valores e identidad que por sus intereses. Vota por aquellos con quienes se identifica. Los socialistas no debemos cambiar de orientación ideológica sino de tratar de proyectar nuestros valores de modo que sean identificados positivamente por quienes, con valores contradictorios, constituyen el segmento que otorga las mayorías políticas. Se trata de poner en valor nuestros valores progresistas y no de sucumbir ante los conservadores.
De lo contrario incurriremos en el mito de El Dorado cuya consecuencia será tornar al punto de origen, más débiles y míseros.
Publicado en el Diario ABC el 8 de Septiembre de 2008