"La sociedad española ha avanzado más deprisa que nosotros y tenemos la obligación de adaptar nuestro discurso y nuestro lenguaje" ha manifestado el flamante vicesecretario de comunicación del PP y dicho por un destacado dirigente valenciano de ese partido, que lleva ganando varias elecciones por mayoría absoluta en nuestra Comunidad, resulta curioso, pues si estableciéramos un silogismo concluiríamos en que la sociedad valenciana ha avanzado menos que la española en general o que sólo los populares valencianos han sintonizado con esos cambios.Pero, al margen de esto, que es lo que se dice normalmente cuando se pierden elecciones, el Congreso del PP se ha resuelto de acuerdo a lo previsto y a lo deseado por el reelegido líder nacional. A falta de otros candidatos, el descontento con la nueva dirección ha optado por la abstención que ha sido moderada pero normal dada la falta de alternativa. Si alguien hubiera podido representar ese descontento mediante una candidatura hubiera obtenido más de ese 16% de abstenciones.
El reelegido líder ha optado, como era de esperar por inevitable, por acompañarse de rostros no desconocidos pero menos quemados y más desvinculados de la etapa aznarista. A falta de nuevas ideas, las caras nuevas vienen a representar el cambio. Dirigentes más jóvenes, aunque no tiernos, con menos aristas y con capacidad para generar empatía en una sociedad, como la nuestra, que no se define por su condición de clase, ni por sus creencias ni por sus ideas. Pero la aparente moderación no irá acompañada, sin duda, de mansedumbre alguna.
Publicado en el Diario ABC el 23 de Junio de 2008
