Hay quienes lleva toda una vida disertando en torno a la necesidad del cambio en los partidos políticos. Tal disertación ha estado presente en todo momento, tanto si el partido en cuestión gobierna como si está en la oposición. El cambio de personas y proyectos, demostración de auténtico cambio, es siempre urgente para que el partido sea una fuerza ascendente. En cuanto al proyecto, éste debe ajustarse a los buenos consejos de estas sabias tribunas aún cuando rezumen recuerdos de un pasado cargado de nostalgias y de no pocas frustraciones personales. Por lo que respecta a las personas, el cambio es real si lo protagonizan los que se pretenden, o fracasado si los elegidos no gozan del afecto del tenedor de las verdades.
Pero a estos creadores de opinión no les alcanza nunca la necesidad del propio cambio, ni siquiera en el plano de su discurso. Con sus postulados alimentan a una parte de la clase política, integrada por amigos o por necesitados, pretendiendo su dependencia, pero no asumen responsabilidades en cuanto a los resultados pues aunque jueguen a la política no forman parte de la nómina política. Su discurso nunca quedará confrontado con el veredicto popular pues siempre es previo a la demostración o posterior al desenlace, pues ligero y olvidadizo resulta aventurar y fácil y cómodo sumarse al análisis de lo acontecido. Descubridores de grandes fenómenos políticos, pese a su escasa sustancia, y promotores de fobias a base de prejuicios, ayudan poco a quien dicen querer salvar. Los artistas a la pista.
Pero a estos creadores de opinión no les alcanza nunca la necesidad del propio cambio, ni siquiera en el plano de su discurso. Con sus postulados alimentan a una parte de la clase política, integrada por amigos o por necesitados, pretendiendo su dependencia, pero no asumen responsabilidades en cuanto a los resultados pues aunque jueguen a la política no forman parte de la nómina política. Su discurso nunca quedará confrontado con el veredicto popular pues siempre es previo a la demostración o posterior al desenlace, pues ligero y olvidadizo resulta aventurar y fácil y cómodo sumarse al análisis de lo acontecido. Descubridores de grandes fenómenos políticos, pese a su escasa sustancia, y promotores de fobias a base de prejuicios, ayudan poco a quien dicen querer salvar. Los artistas a la pista.
Publicado en el Diario ABC el 30 de Junio de 2008
