domingo, 11 de noviembre de 2007

LA REALIDAD FRENTE AL DISCURSO

Esta semana acompañé a una amiga en el duelo por su hija, una muchacha joven, que falleció por neumonía sin poder lograr una cama de cuidados intensivos. La madre me contaba, en su dolor, que se sentía culpable por no haber sido más enérgica en demanda de una atención urgente para su hija. Pero cuando, en La Fe, le dijeron que no tenían camas y que no se la podían dar a ella quitándosela a otro, no le quedó más que la resignación, aceptar la recomendación ofrecida y dirigirse a la Clínica de El Consuelo. A la hora su hija no existía. Cuando me contaba todo esto yo no podía dar crédito a que esto nos pasara en esta Comunidad tan desarrollada. La noche anterior había sido invitado a la Noche de la Economía Valenciana, y ahí nuestra alcaldesa Barberá y, después, nuestro Presidente Camps nos describieron a Valencia y a nuestra Comunidad como lo más avanzado en el mundo, una tierra, dijeron, donde se cumplen todos los sueños. Ya me parecía ciertamente exagerado pues, aunque sea por decoro, no es habitual escuchar por el mundo exposiciones tan triunfalistas y huérfanas de toda modestia, pero la realidad del día siguiente, en el Cementerio, despidiendo a una joven que no pudo acceder a una cama de cuidados intensivos, me colocó en una trágica contradicción. Nuestra Comunidad, tan avanzada, invierte en sanidad 982,21 euros por habitante mientras que en Extremadura dedican 1.233,53 euros. Somos los que menos invertimos. Entonces, ¿de qué sueños hablamos?
Publicado en el Diario ABC el 11 de Noviembre de 2007