Hace justo un año escribía en esta misma columna acerca de lo anodina que resultó la reunión de la Cumbre Iberoamericana de ese año. Nada similar se puede decir respecto de la éste. El gobierno español, animador del proyecto iberoamericano y financiador de estas cumbres, reaccionó ante la ausencia de contenidos para que tuvieran sentido estas reuniones, y se presentó en Chile con un buen número de propuestas, todas ellas de urgente necesidad como el fondo para el agua y el acuerdo sobre pensiones, y su correspondiente y generosa dotación económica. Si solo hubiera trascendido esto, la Cumbre habría recobrado sentido pero la polémica originada por Hugo Chávez y su aliado Daniel Ortega, convirtió aquella en gran noticia incluso en EE UU, país que no da relevancia a estas cumbres.
Como los sucesos me han llegado estando en Colombia no estoy afectado por las reacciones patrias y, por supuesto, no me interesan los réditos electorales que pueda buscar la oposición. El gesto del Rey gustó en unos ámbitos y en otros no, y lo mismo se puede decir de Chávez y Ortega. Pero más allá de quien ganó popularidad con sus gestos, lo que cuenta son las consecuencias para la política iberoamericana. Chávez no quiere estas Cumbres, es obvio, y acudió para reventarlas. La cuestión es si las desea el resto. La cuestión es si se puede ser donante y ser insultado al mismo tiempo. La cuestión es que no se puede olvidar la incidencia política de nuestra cooperación
Como los sucesos me han llegado estando en Colombia no estoy afectado por las reacciones patrias y, por supuesto, no me interesan los réditos electorales que pueda buscar la oposición. El gesto del Rey gustó en unos ámbitos y en otros no, y lo mismo se puede decir de Chávez y Ortega. Pero más allá de quien ganó popularidad con sus gestos, lo que cuenta son las consecuencias para la política iberoamericana. Chávez no quiere estas Cumbres, es obvio, y acudió para reventarlas. La cuestión es si las desea el resto. La cuestión es si se puede ser donante y ser insultado al mismo tiempo. La cuestión es que no se puede olvidar la incidencia política de nuestra cooperación
Publicado en el Diario ABC el 18 de Noviembre de 2007