De nuevo estamos en la vieja polémica, aquella del huevo y la gallina, aplicada esta vez a unas infraestructuras viarias que en el área metropolitana de Valencia siguen ocasionando grandes molestias a miles de ciudadanos que las han de usar a diario para llegar a tiempo a sus trabajos. Decenas de polígonos industriales y nuevas zonas residenciales o de ocio hacen que cada día de miles de vehículos colapsen unas infraestructuras viales que se quedaron muy atrás.
Organizaciones tan poco sospechosas de alarmismo como son las patronales tuvieron que denunciar –sin éxito - hace más de tres años que nuestras carreteras comarcales y redes de transporte público llevaban un retraso mínimo de catorce años, implicando en ese retraso a gobiernos y administraciones de todos los colores. De nada sirvió aquella denuncia ni las de la oposición; el Metro y el autobús ni están ni se les espera para facilitar el desplazamiento diario de trescientos mil valencianos a sus trabajos.
Hoy, en lugar de asa acción coordinada, de nuevo se evidencia la utilización política de un problema de cuya aparición nadie es inocente, reclamando urgencia en la finalización de obras que otros no iniciaron a tiempo mientras se entorpecen los trabajos dejando de acometer otras obras sin las que aquellas no tendrían sentido, como pasará con la ampliación de la A3 y el puente de Xirivella si previamente no se remodela la avenida del Cid. Otra vez aquello del huevo o la gallina…
Estamos ante uno de los más graves problemas que la falta de colaboración entre administraciones causa al ciudadano; son demasiados ejemplos que dejan patente la política de sacar rédito de la denunciada descoordinación agravando problemas que luego achacan a otros…eso no es lo del huevo y la gallina; es la tinta de calamar que usa el fugitivo para confundir a los otros mientras huye.
Organizaciones tan poco sospechosas de alarmismo como son las patronales tuvieron que denunciar –sin éxito - hace más de tres años que nuestras carreteras comarcales y redes de transporte público llevaban un retraso mínimo de catorce años, implicando en ese retraso a gobiernos y administraciones de todos los colores. De nada sirvió aquella denuncia ni las de la oposición; el Metro y el autobús ni están ni se les espera para facilitar el desplazamiento diario de trescientos mil valencianos a sus trabajos.
Hoy, en lugar de asa acción coordinada, de nuevo se evidencia la utilización política de un problema de cuya aparición nadie es inocente, reclamando urgencia en la finalización de obras que otros no iniciaron a tiempo mientras se entorpecen los trabajos dejando de acometer otras obras sin las que aquellas no tendrían sentido, como pasará con la ampliación de la A3 y el puente de Xirivella si previamente no se remodela la avenida del Cid. Otra vez aquello del huevo o la gallina…
Estamos ante uno de los más graves problemas que la falta de colaboración entre administraciones causa al ciudadano; son demasiados ejemplos que dejan patente la política de sacar rédito de la denunciada descoordinación agravando problemas que luego achacan a otros…eso no es lo del huevo y la gallina; es la tinta de calamar que usa el fugitivo para confundir a los otros mientras huye.
Publicado en el Diario ABC el 24 de Noviembre de 2008
